Entusiasmados, quizá, por esa aparente simpatía que este menudo hombrecito de sombrero colorado y sonrisa fácil tiene por lo nacional y popular -a partir, fundamentalmente, de las referencias políticas, sociales y culturales de los nombres de sus platos-, decidimos sacarnos una duda que podría habernos liquidado.
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Qué jugador, por favor...
Entusiasmados, quizá, por esa aparente simpatía que este menudo hombrecito de sombrero colorado y sonrisa fácil tiene por lo nacional y popular -a partir, fundamentalmente, de las referencias políticas, sociales y culturales de los nombres de sus platos-, decidimos sacarnos una duda que podría habernos liquidado.
Reggae en la Matanza
¿Nos gusta o no nos gusta?
Estamos en el 2020 y un estudiante de periodismo está investigando los primeros reflejos en los medios del proceso de creación y aplicación de la ley de medios audiovisuales votada por el Congreso en 2009. Revisa diarios en Internet, su investigación va por el último fin de semana de abril de 2010. Ya observó las repercusiones de la marcha a favor de la ley del jueves 15 de abril y se entretiene ahora con el tema de los “afiches”.
Lee Clarín: “En una nota publicada ayer por el diario Norte, de Resistencia, Mariotto fue consultado específicamente por los ataques y respondió: "Son expresiones y nosotros desde la Autoridad (de Aplicación) defendemos la libertad de expresión. No nos gustan que todas las opiniones sean refrendadas y estos afiches no tuvieron firmas, por lo que es una incógnita quién los emitió".
Sigue buscando en otros diarios y varios repiten la misma frase. Lee diarios que hacen editoriales con esa frase. Lee La Nación y, uy, la frase no es la misma: “Nos gusta que todas las opiniones sean refrendadas y estos afiches no tuvieron firmas”.
¿La Nación? Lo que pasa es que La Nación es de derecha pero no modifica una fuente, la chequea. El estudiante también chequea la fuente en el Diario Norte del Chaco: "Nos gusta que todas las opiniones sean refrendadas y estos afiches no tuvieron firmas".
Pero esto sigue. La Nación, que no deformó la frase, la llenó de valor. El domingo, en su edición que más se lee, no se preocupó por repetir la frase textual. Directamente dice: “Duras críticas a Mariotto. Desde todos los sectores de la oposición llovieron ayer críticas sobre Gabriel Mariotto, director de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, que avaló la difusión de afiches anónimos y "escraches" contra periodistas.”
Para La Nación y para casi todos los demás, avalar los afiches era manifestar que: “son expresiones, y nosotros desde la Autoridad defendemos la libertad de expresión”.
Con esa frase los diarios de los domingos levantaron cómo desde la oposición, e incluso desde el oficialismo, atacaron o se distanciaron de Mariotto.
Atacaron algo que no necesitaba defensa y quisieron distanciarse de algo que no requería distancia.
Un ejemplo claro de cómo construir una mentira y a partir de esa mentira sacar declaraciones a todo el mundo.
El estudiante de periodismo deja de investigar. Ya tiene la hipótesis de trabajo y el material para respaldarlo. Y suspira con alivio, ya no existen estos problemas. Desparrama sobre la mesa la decena de libros que se editaron sobre el difunto grupo Clarín. Y sonríe, se da cuenta que esta investigación también le va a servir para el programa de radio de su sindicato.
Rosamariazo
La libertad de expresión de la CIDH
"11. Por otra parte, el 10 de octubre de 2009 fue promulgada la Ley No. 26.522, que regula “los Servicios de Comunicación Audiovisual en todo el ámbito territorial de la República Argentina”. La Relatoría Especial considera que esta reforma legislativa representa un importante avance respecto de la situación preexistente en Argentina. En efecto, bajo el marco normativo previo, la autoridad de aplicación era completamente dependiente del Poder Ejecutivo, no se establecían reglas claras, transparentes y equitativas para la asignación de las frecuencias, ni se generaban condiciones suficientes para la existencia de una radiodifusión verdaderamente libre de presiones políticas".
Acá el informe completo Ver acápite 2 (Argentina), entre las páginas 24 y 34
Un ángel para River
Al compañero Pablo Bermúdez (quemero que envidia nuestra capa)
La llegada a River de este Ángel sin religión, intelectual del fútbol, hombre de inquietudes compañeras, nos despierta una profunda alegría. Nos detona la ansiedad por escribir. Y contar una historia.
Somos hinchas de River desde que estábamos en la cuna, como dice la canción. Fue Ricardo, nuestro papá, quien nos transmitió el mandato. Los milicos lo asesinaron a balazos la mañana del lunes 15 de noviembre de 1976, mientras hacía una mudanza en un taller de ropa donde trabajaba junto a otros integrantes de la familia. Hoy sabemos que ese taller podía llegar a caer en manos del ejército porque presumiblemente había sido cantado. Ricardo tenía que rajar de nuevo y ya casi no quedaban lugares para ir. Luciano (ese era su nombre de guerra) era buscado, muy buscado. Con la clandestinidad ya no alcanzaba y se cerraba el cerco. Un día antes de su muerte, el domingo 14 de noviembre de 1976, fue a la cancha de River a ver el clásico con los bosteros. No se lo perdió. El partido terminó 1 a 1.
Nosotros, siendo todavía muy chiquitos, nos fuimos del país, cada uno con su mamá. Nos fuimos con la piel de bebé y la piel de gallina.
A mediados de 1984, Mariano (hermano mayor), pegaba la vuelta, con 13 años, desde Israel; y Riki (hermano menor), regresaba a la Argentina, desde España, con 7 años. Volvimos algo mareados, hablando más de un idioma, y con la remera de River apilada dentro de alguna de las valijas.
1986 fue un año movido. Mariano cursaba una secundaria en la que no se terminaba de acomodar y sacudido por la feroz campaña del River del Bambino Veira, que terminaría en una fenomenal consagración (Claudio Morresi, actual Secretario de Deportes, llevaba el 10 en la camiseta y el Enzo Francescolli el 9), viajó a la Plata y a Rosario, colgado del tren, sin boleto, con amigos de amigos, para ver, apretado contra el alambrado de la popular, dos empates (uno en 0 y el otro en 1). En los dos partidos hubo piedrazos, gases, tiros y una feroz represión de la policía.
Se empezaba a oler la impunidad en nuestro país. Los milicos presionaban al poder político porque la sociedad civil les estaba metiendo miles de denuncias en los juzgados. Todavía estaba fresco el Nunca Más y el Juicio a las Juntas.
Punto Final, dictaminó el Congreso.
El 29 de octubre de 1986 vivimos uno de los momentos más preciosos de nuestras vidas, como hinchas, y como hermanos: River campeón de América. Nos habíamos reencontrado hacía no mucho tiempo en la casa de la mamá de Riki, sobre la avenida Honorio Pueyrredón, después de la fenomenal peripecia de nuestras familias por medio oriente y Europa.
La noche de la final, el hermano mayor (con 15 años) llevó a su hermano menor (de 9 años) a la platea Belgrano alta. Los acompañaba un amigo –hoy sin nombre ni presente: sí un lugar en la historia-. Los tres se sentaron en dos butacas. La cancha era una caldera. Como siempre que iban a la cancha, para asegurar el cuidado de su hermano menor, el mayor puso la mano sobre su nuca, lo sujetó y lo contuvo. Le señalaba jugadores en el campo de juego, los 26 bombos y los redoblantes en la tribuna. Vieron en vivo el histórico gol del Búfalo Funes en el arco que da al Río de la Plata. Esa noche hubo gente infartada y otra que lloró con la intensidad de un nacimiento, o la muerte. Primera Copa Libertadores de la historia del Club.
En el año 1987, en el primer clásico de Riki, vimos como River, perdiendo 2 a 0 con Boca, dio vuelta el partido con un gol del negro Palma. Y Comas, bostero, se erraba un penal en el último minuto. Ganamos 3 a 2.
Ese año nos fumamos la Obediencia Debida, y con eso, una intratable e incomprensible frustración que al tiempo procesaríamos y convertiríamos en acción con nuestra militancia en Derechos Humanos. El Estado se instituía en enemigo.
Después vinieron los días en que arriba del 42 los viajes se convertían en fiestas con amigos –de las dos generaciones- y otros hinchas de River: todos juntos cantábamos golpeando el techo del bondi, desde que arrancaba por la avenida José María Moreno, pasando por Chacarita, hasta que llegaba al Monumental. Entrábamos a la platea San Martín, la popular o la platea Sívori baja, con todo tipo de carné: de jugadores, de socios y de empleados. Eran días que no había molinetes, ni tecnología para delatar la falsedad de una entrada. Las cuotas de los carné las levantábamos del suelo y así llegamos a meter hasta diez amigos. A los equipos grandes les daban la tribuna visitante entera y también la platea baja. Íbamos a ver a River a todos lados (la Boca, por lejos, era la cancha más angustiosamente esperada).
Durante la década del 90 festejamos casi diez campeonatos. El club derrochaba logros, y el neoliberalismo encarnado en Carlos Menem regalaba las empresas públicas, destruía el Estado y convertía a la política en un circo vergonzoso. Los domingos festejábamos con los borrachos del tablón en el anillo del monumental un nuevo campeonato, o que habíamos cogido a Boca, y los fines de semana marchábamos al Congreso, la Plaza de Mayo, o a los Tribunales, exigiendo la Aparición con Vida y el Juicio y Castigo.
En 1996 Riki empezó a militar en HIJOS. River ganaba su segunda copa Libertadores de América y Enzo Francescolli lloraba como un nene con la copa en alto. Ese día fuimos a la popular visitante con nuestra tercera pata gallina: Wenceslao. Nosotros ya teníamos novias y unos cuantos problemas más que cuando éramos chicos.
A finales de 1999 Mariano también entró a HIJOS. El menor estudiaba abogacía, como su papá, y ese año nació su hijo Manuel. River seguía sumando campeonatos. Y la Argentina estaba por colapsar como un pueblo arrasado por un incendio forestal al que se le suman cinco días ininterrumpidos de sol radiante, viento y 43 grados de temperatura.
En el 2003 el hermano mayor fue padre de Santino. Un tiempo antes arrancaba un proceso político impensado: Néstor Kirchner, presidente de la Nación, anunciaba y gestionaba un nuevo país. River salía campeón ese, y al otro año.
José María Aguilar se hizo cargo del club y a pesar de pintar como una promesa, por ser considerado un progresista, el hombre de profunda papada y ojos hundidos, llevaría a River, en pocos años, a la ruina. El país, en cambio, crecía como nunca antes en su historia, dejando atrás el infierno.
En el 2007 volvimos a militar en política. Esta vez (nunca lo hubiésemos siquiera imaginado), a favor del oficialismo. El compromiso militante, como había sucedido con nuestros viejos, volvía a ganar la escena.
Hoy en día vamos a la cancha con nuestros hijos. Tienen 10 y 6 años. Los dos son enfermos fanáticos de River y nos superan con su pasión (en algún momento el hermano menor, ante la angustia que brotaba de su hijo cada vez que perdíamos, comentó: “se me fue de las manos”). No son buenos tiempos para River, pero igual nos hicimos socios hace diez días.
Y del cielo cayó un Ángel para ayudarnos.
En este tiempo donde algunos sueños se transformaron en conquistas populares de la realidad, un tipo que se puso la remera por el Juicio y Castigo para los Genocidas hoy dirige uno de los clubes más derechosos de la Argentina. A Videla lo bajaron como socio hace no muchos años atrás. La familia Santilli, cien por ciento menemista, dirigió los destinos del club durante la década neoliberal (la seguridad del club, en aquel momento, estaba en manos de los amigos carapintadas de Rico y Seineldin).
En este tiempo, una época marcada por la fuerte evidencia de las corporaciones, donde los técnicos son elegidos a dedo por Fox Sports o TyC Sports, con el paradigma vigente del resultadismo, y un River agobiado por el descenso, la apuesta por Ángel Cappa nos recuerda la Ley de Medios de la Democracia: jugar alto en uno de los momentos más bajos.
Poner la pelota en el piso, levantar la cabeza, volver a jugar atrás si hace falta para ganar el campo contrario por la otra franja, poner los huevos que hagan falta para dar vuelta el resultado, sentirse protagonistas, transformar, ir por más, ser felices.
Nos pone muy contentos todo esto, como gallinas, como padres y como militantes del proyecto nacional y popular.
Hoy vemos el Fútbol para Todos con nuestros hijos, mientras comemos milanesas con papas fritas. Y festejamos con esperanza la llegada de Cappa, el ángel que bajó del cielo y que no sabe de religiones pero sí de identidades y de ideologías. Sabe, sobre todo, que en el fútbol, como en la política, no hay destinos individuales: sólo colectivos.
Mariano y Riki
La etimología de Clarín Miente
serán cada vez menos, apostamos.
el programa 678 impuso la gimnasia en esto de analizar con lupala obscena editorial diaria del dispositivo mediático;
hace un tiempo atrás esto no sucedía
no había cuestionamientos ni pensamiento crítico.
hoy sí, y hacerlo, y saber que muchos otros también lo hacen,
es una bocanada de aire fresco
una satisfacción;
no todos los comunicadores comunican igual
ni lo mismo
ni tienen las mismas convicciones
ni sensibilidad por lo que sucede a su alrededor.
se analiza la etimología de las palabras;
se habla de la relación con el lenguaje
de la comunicación.
clarín denuncia un ataque kirchnerista contra la corte;
habla no de uno sino de por lo menos dos ataques (otro ataque kirchnerista).
yo asocio el verbo con otras cuestiones:
ataque terrorista
ataque de las fuerzas armadas
ataque con muertos y heridos
ataque sangriento
ataque a los tiros
ataque con palos y machetes
ataque a las trompadas
ataque a los piedrazos
una orca ataca a su entrenadora
un perro ataca a su dueño
una víbora ataca a un turista .
clarin ataca sin verguenza y con demasiada irresponsabilidad;
subvierte el significado de las palabras, las pone patas para arriba.
habría que darles un escarmiento.
de yapa, en la misma tapa, otra burrada propia de aquel que alguna vez fue grande
y no se banca verse destronado:
la mención a los blogueros nac&pop -muchos de nosotros-
por una reunión a la que vino Anibal Fernandez:
dicen que los K van a financiar nuestro trabajo en la blogósfera. Leer más...
Blogs nacionales y populares
OCULTO
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Miradas al Sur: Pedro Bolita
Nota publicada el domingo 3 de marzo de 2010 en el diario Miradas al Sur.
Cayó otro represor
Por Mariano Abrevaya Dios y Ricardo Dios
A pocos días de cumplirse los 34 años del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 la Justicia ordenó la detención de un ex suboficial de la Armada buscado hace muchos años. Se lo acusa por más de 600 delitos de lesa humanidad: tortura, privación ilegítima de libertad y apropiación de menores, y quienes tuvieron la desgracia de conocerlo afirman que era un torturador feroz, un empleado modelo del genocidio argentino y uno de los hombres de máxima confianza de los jerarcas que comandaban el centro de exterminio más siniestro de nuestro país. Se trata de Carlos Galián, de 66 años, el jefe de la guardia que custodiaba a los detenidos-desaparecidos hacinados dentro de la Ex ESMA. Le decían "Pedro Bolita", por los marcados rasgos andinos que le delineaban la cara. Poco se sabía de él. Estuvo prófugo más de treinta años. Hasta ahora.
El Juez Federal Sergio Torres, a cargo de la megacausa ESMA, ordenó su captura el sábado 20 de marzo, a partir de los resultados que arrojó la extensa investigación que llevó adelante junto al fiscal federal Eduardo Taiano (con la contribución de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación). Luis Alen, Subsecretario de Protección de Derechos Humanos informó a Miradas al Sur que se tuvo certeza de que “Pedro Bolita” era Carlos Galián después de que el día viernes 19 de marzo seis de siete sobrevivientes, entre ellos Martín Grass y Graciela Daleo, lo reconocieran en una fotografía. Hasta ese momento sólo se conocía la ciudad en la que había nacido, Jujuy, y algunos rasgos de su cara: ojos achinados, nariz ancha, y chata, y el color oscuro de su piel. El represor fue detenido el lunes a la tarde por agentes de la Policía Federal, en la calle Magallanes al 700, en la localidad bonaerense de Ciudadela. Cuando irrumpieron en su domicilio, el hombre extendió sus brazos y ofreció las muñecas. Lo esposaron y lo metieron dentro de un celular. En el juzgado se negó a declarar y ahora está detenido en el penal de Marcos Paz. El Juez Torres le aplicó la prisión preventiva y en los próximos días debería dictar el auto de procesamiento.
Teniendo en cuenta el rol que tenía Galián en la represión se teme que sufra represalias de parte de los demás represores detenidos en Marcos Paz, para evitar que declare todo lo que sabe. Fuentes judiciales informaron a Miradas al Sur que por ahora no se previeron medidas de seguridad específicas para resguardar su integridad física pero que sí se establecieron medidas clínicas debido a que Galián sufre de problemas en los riñones y debe hacerse diálisis tres veces por semana. Por ese motivo el abogado defensor de “Pedro Bolita” inició un expediente para obtener la prisión domiciliaria.
Los sobrevivientes cuentan que Galián era el responsable de llevar a los detenidos-desaparecidos hasta “El Sótano” del casino de oficiales de la ESMA en el momento previo al “traslado”, el cínico eufemismo que usaba la Armada para referirse a los vuelos de la muerte. “Pedro Bolita” cumplía ferozmente su función en el engranaje del genocidio y en los relatos de las víctimas se lo describe como una persona muy obsecuente, comprometido física e ideológicamente con la represión.
Torres dispuso la detención de Galián en el marco de la "megacausa ESMA", que en su primer tramo hoy se encuentra en pleno juicio oral y público en el Tribunal Oral y Federal Nro. 5, y en el cual se puede ver en el banquillo de los acusados, a los represores Jorge "el tigre" Acosta, Alfredo Astiz, Juan Azic, Ricardo Miguel Cavallo, Adolfo Donda, Antonio Pernías, Jorge Radice, Juan Carlos Rolón y Ernesto Weber, entre otros.
Galián también tenía bajo su responsabilidad, junto al prefecto Héctor Febres (a quien se encontró muerto el 10 de diciembre del 2007 dentro de su celda por ingesta de cianuro, horas antes de que dijera sus últimas palabras ante el tribunal y se le dictara sentencia por sus crímenes), la custodia de las detenidas que estaban embarazadas y a las que luego les robaban sus hijos. El represor está denunciado en el “Nunca Más” por haber retirado a varios niños nacidos en cautiverio. Sara Solarz de Osatinsky declaró que “Pedro Bolita” fue quien se llevó entre sus brazos, a mediados de 1977, al niño recién nacido de Ana de Castro y a la hija de María del Carmen Moyano de Poblete, ambas desaparecidas. El 7 de septiembre de 1977 se llevó al hijo de Cecilia Viñas, que fue a parar a manos del capitán Jorge Vildoza, todavía prófugo. En enero de 1978 se llevó a la hija de Susana Beatriz Siver de Reinhold y también al hijo de Liliana Pereya.
Según la declaración de Ana María Martí, en marzo de 1978, el ex suboficial de la Armada se llevó de la ESMA a Juan Cabandié, el nieto recuperado número 77, y actual legislador porteño por Encuentro Popular para la Victoria. Cabandié le dijo a Miradas al Sur que Sara Osantisky también declaró que a él se lo llevó Pedro Bolita de la ESMA y que fue Galián quien obligó a su mamá a escribir una carta dirigida a sus abuelos, que nunca llegó a destino. En una práctica habitual, con Febres a la cabeza y Galián ejecutando, engañaban a las madres diciéndoles que sus hijos serían entregados a la familia.
Durante la última semana, y en el marco de la causa que investiga la sistemática apropiación de bebés durante la dictadura, el Fiscal Federico Delgado le reclamó al juez Norberto Oyarbide que le tome declaración indagatoria al ahora detenido Carlos Galián, por el robo de niños nacidos en cautiverio. El representante del Ministerio Público dictaminó que se encuentra probado que “Pedro Bolita” era quien se encargaba del traslado de los bebés nacidos en cautiverio dentro de la Ex ESMA.
LOS PEDROS (Recuadro)
Por medio de los testimonios de varios sobrevivientes que estuvieron detenidos en la Ex ESMA se sabe que a los jefes de los guardias que los custodiaban les decían "Los Pedros". Uno de ellos era "Pedro Morrón", alias que le habían puesto sus compañeros de fuerza porque al parecer siempre andaba con los cachetes colorados. A otro le habían puesto “Pedro Cachetada” porque tenía la costumbre de pegarles a los detenidos con la mano abierta.
“Los Pedros” eran jóvenes suboficiales de la Marina, reportaban a los oficiales de turno y eran responsables de “los Verdes”, o “los Pablos”, conscriptos de 18 años de edad que tenían asignada la tarea de conducir a los detenidos a los baños o llevarles la ración de comida. Uno de los Pedros más visible y sanguinario era "Pedro Bolita".
Según le comentó a Miradas al Sur una sobreviviente de la Ex ESMA que estuvo detenida-desaparecida entre 1977 y 1979 (que declaró en varias oportunidades y que lo seguirá haciendo), los “Pedros” se ganaban los apodos en relación a sus conductas o características físicas: Pedro Morrón, Pedro Cachetada, Pedro Cacho, Pedro Oreja, Pedro Cano, Pedro Colibrí, Pedro Lee, Pedro Loro.
Otra sobreviviente, en un pasaje del testimonio que diera en el Juicio a las Juntas, en el año 1985, declaró: “(…) en eso llegó el suboficial Pedro, Pedro Cacho, los Pedros eran los suboficiales que estaban a cargo de la guardia, y se los llamaba Pedro, porque eran los que tenían las llaves de los candados, de ahí venía el nombre”.
“Los Pedros” tenían en su poder las llaves que abrían los grilletes que los detenidos tenían en los pies y en las manos dentro de Capucha, Capuchita o El Sótano en la Ex ESMA. De ahí el mote bíblico que los represores ostentaban dentro del entonces centro clandestino de detención, tortura y exterminio.
De acuerdo con el Nuevo Testamento Pedro fue un pescador conocido por ser uno de los doce apóstoles, discípulos de Jesús de Nazaret. Le decían el "Príncipe de los Apóstoles". La Iglesia católica, con sede en el Vaticano, lo identifica como el primer dirigente de su Iglesia, basándose, entre otros argumentos, en las palabras que le dirigió Jesús: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo” (Mateo 16:18-19).
Grupo Alejandría
OCULTO
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Postales del 24 (III)
Colgados de la estructura de acero de una de las salidas del súbte línea A, sobre la avenida de Mayo, sacamos unas cincuenta fotos de las numerosas y masivas columnas que fueron ingresando durante toda la tarde a la plaza de las Madres.
Las primeras fotos corresponden a la actividad que el escritor Juan Incardona, junto a otros colegas, realizaron en homenaje a Rodolfo Walsh. Las siguientes, del acto que encabezó la presidenta en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, dentro de la ex ESMA. Y el resto, de la Plaza.
http://centrobarrialpa.org.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=113&Itemid=39