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Fiesta popular


El viernes, el sábado, el domingo, el lunes en la cancha, hoy. Fiesta popular, no hay otra forma de definirlo.

El sábado, La Nación sacó su
editorial del Bicentenario, recordando claramente quienes son y qué quieren: son milicos, oligarcas, terratenientes, asesinos y quieren impunidad para seguir expimiendo al Estado y al pueblo. Esa editorial da cuenta de una derrota que no pueden soportar. El sábado, además, la nota principal de política del diario decía que para el partido de Argetina y Canada, el gobierno había repartido miles de entradas entre los intendentes del conurbano para convertir el partido en un acto kirchnerista. Me reí entonces y me reí mucho estando en la cancha. La Nación está volcando, como su socio tocando el clarinete. Como una pelea de novios apasionados, saben que lo que dicen puede empeorar su situación, pero es tan grande la bronca, que lo dicen igual, con los costos que eso lleva. Me imagino los lectores de La Nación viendo el partido en la platea, buscando a los militantes K. La cancha estaba colmada y no había ni una bandera a favor del gobierno. Gente de todas las edades, de todas las clases sociales, mitad hombres y mitad mujeres, miles de niños. Del interior del país, extranjeros, de todo.

Lo que se vive en este bicententario puede reflejarse en la disputa por la ley de medios: es eso lo que se discute hoy, en este aniversario. Puede usarse de síntesis. Quién habla, en nombre de quién, por qué y para qué. Llegamos a tal punto que imaginamos que los grandes medios no iban a reflejar la fiesta en el Paseo del Bicentenario. Hubiera sido demasiado. La expresión más pura es la que se impone en la calle, y nadie la puede ocultar, porque es de a cientos de miles. Y muchos de ellos seguramente poco se preocupan por las internas del gobierno, el plantazo de Cristina, Papel Prensa y el papel de la televisión pública. Se enteraron qué algo había, sienten la fiesta como propia y por eso salieron a disfrutarlo. Quedó en evidencia que el Estado puede y tiene que ser la herramienta principal de transimisión de la cultura de su pueblo.

Ahora nos vamos de nuevo para el centro a seguir disfrutando del festejo más popular e igualitario que presenciamos en nuestras vidas.

1 comentario:

loquevienelapatria@blogspot.com dijo...

Otra vez, como siempre en nuestra historia, cuando aparece el pueblo, las palabras no alcanzan. ¿Cómo describir? 4 días seguidos de fiesta, millones de personas cantando, bailando, gritando, simplemente tras la utopía de recrear un cierto modo de vivir, de relacionarse, de homenajear a los antepasados, y abrirse hacia un futuro mejor.
Quizás en estos días, haya aparecido por fin bajo el pulsar de la multitud, la Patria, la Patria a construir, abandonando los fastos vacuos de la Nación, para unos pocos ( el Tedeum en la Catedral, la reapertura del Colón). Para simplemente asomarse a lo que viene, que siempre está en la raíz de todos los movimientos populares de este barrio: los caudillos, el yrigoyenismo, el peronismo hasta nuestros días. Es el mismo viejo vino, sólo que las odres son distintas. Llevar a cabo, la pelea incesante, la que atravesó genocidios y traiciones: la Patria liberada.

Manu y Santino Dios

Manu y Santino Dios