el hombre descansa
su cuerpo de largos huesos
es un bulto que se hunde
en lo profundo
de una deshilachada hamaca de hilo,
el monte salvaje, a su alrededor
escupe una cortina de sonidos
el viento norte trae otros
no tan nítidos
salvo el motor
de la pintoresca lancha colectivo
que primero ronca, en la letanía
y ahora, que muerde el muelle, ruge;
el hombre descansa
pero algunas horas antes
con la primera luz del amanecer
se calzó los borceguíes
encendió un fuego para el mate
retomó sus tareas de carpintero,
más tarde acomodó su espalda
entre las yagas de la corteza
de un viejo árbol
leyó una ficción en la que
se sucedían las obsesiones y miserias
de siempre:
la ambición, el poder
la guerra, el horror
el amor, la soledad;
el hombre descansa
pero antes también nadó en el río
pisó el barro pantanoso
se abrazó a los camalotes
tostó su cuerpo al sol
almorzó a la sombra
y desde hace un rato, duerme;
su acomposada respiración
es tan impercetpible
como el ronroneo del ave
que tamborilea sobre una rama
e infla el pecho
en dirección al monte
y el cielo destemplado.
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descanso
Subido por
Mariano Abrevaya Dios
on martes, 12 de mayo de 2015
1 comentario:
Bellisimo!
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