mi hermano iluminó, acá, con precisión histórica
una ya no tan reciente noche destituyente argentina
cuando los depredadores golpearon cacerolas
embobados con la ofensiva
de los dueños de la tierra y los medios de comunicación
que arremetían contra una visagra distributiva
de un gobierno popular que ya enjuiciaba genocidas
abrazaba a madres y abuelas
fraternizaba con los mandatarios latinoamericanos
dejaba de lamer las botas del fondo monetario
invertía en educación, salud y obra pública
apostaba a la industria nacional
y recuperaba las paritarias.
esa noche, entonces, volvimos a atrincherarnos
en la plaza de la resistencia
pero esta vez, ya lo habíamos asumido
para defender a un gobierno nacional.
gran parte de la generación de nuestros padres
también había intentado edificar con sueños y hechos
a su manera, en su tiempo, y con sus propios líderes
una patria libre, justa y soberana
como lo estamos haciendo nosotros, ahora
haciéndole frente al desgarro y al desamparo
del genocidio argentino del setenta y seis, primero
y al hambre, desocupación, entrega y represión de los noventa, después
cuando vamos a los barrios o a las universidades
en la gestión o en la mesa familiar de los domingos
a seducir a los ignorantes y a los desconfiados
con la seguridad de sabernos justos
ya que nuestra más genuina ilusión
es comprometer el futuro de una argentina grande
inclusiva, por medio de los puentes
de un estado peronista que restituye derechos
dignificando a su pueblo
diseminando como los brazos de un rio
la monumental obra y legado
de los patriotas de nuestro tiempo
néstor y cristina.
parte de la legitimidad del cincuenta y cuatro por ciento
que a partir del veintitres de octubre
pasó a engrosar la fascinante y dramática historia política nacional
nos corresponde a nosotros
la juventud del bicentenario
porque sin otra pretensión que derrotar el odio
de los miserables con el amor de los convencidos
empujamos el carro de la política
único e irremplazable instrumento para transformar
de la realidad de la gente que
por fín
reventó las urnas de agradecimiento
confianza, sueños y esperanza
a pesar de los pronósticos de los usureros
que hace doscientos años
destruyen a favor de la patria injusta.
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El amor de los convencidos
Subido por
Mariano Abrevaya Dios
on miércoles, 26 de octubre de 2011
Etiquetas:
Kirchnerismo,
versos
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo maestro con todo lo que decís de un modo tan poetico.
Se vienen cuatro años muy intensos, de trabajo, organización,y voluntad.
Que semana tan intensa e increible.
como siempre un placer leerte y emocionarme con vos.
Estamos viviendo jornadas històricas.
Vamos por mas.
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