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Coral de voces


Internet se coló en nuestras vidas y modificó algunos de nuestros hábitos. Aquellos que escriben, estudian, investigan, cuando necesitan información que no tienen a mano, en general, en la red de redes, si buscan, algo pescan. Puede darse que la fuente no genere confianza, o que la especificidad a buscar sea tal que la bolsa de gatos que devuelve el google no sea suficiente. Como también es cierto que la biblioteca que tenemos en casa es única, y que bajar del estante el texto, desempolvarlo si hace falta, tomar asiento, darle un sorbo al café, prenderse un cigarro, y recorrer las páginas hasta llegar al objeto de estudio deseado, no tiene precio; pero internet, insisto, implica, desde hace un buen tiempo, una novedad llena de matices.

Hoy, en nuestro país, ante la compleja coyuntura política nacional, ante el intento que hace el gobierno elegido por el voto popular por sostener, y profundizar, un modelo de país, y la desmedida respuesta de los sectores que siente afectados sus intereses que no dudan ni un solo minuto en tirar con todo lo que tengan a mano, los blogs, o muchos de ellos, están jugando un partido, no solo atractivo y alentador sino también necesario.

Existe una veintena de blogs, enlazados entre sí, donde los autores aparte de publicar sus textos publicitan los últimos artículos del resto. Es una especie de anillo cuyo denominador común es proporcionar un debate de ideas. Los autores, y muchos de los que dejan sus comentarios, hacen uso de su calidad intelectual, olfato político, tacto, sensibilidad social y una profunda vocación democrática, para generar otro tipo de relato, por fuera de la maquinaria infernal que los grandes medios televisivos leen de la realidad social y política de la Argentina. Las posturas ideológicas y las convicciones están a la vista, en la superficie, y por eso, justamente, son tan visitados.

Los autores escriben desde sus lugares de pertenencia: la educación, la salud, la ciencia, la política partidaria, la prensa, la universidad, una cooperadora, un centro cultural o una biblioteca popular. Y todos ellos exponen sus ideas con un respetuoso cuidado por la palabra. Los lectores, que son muchos, y que enriquecen la calidad del blog con cada una de sus entradas, opinan, y suben la apuesta. Temas sobran porque la Argentina está salada como hacía mucho tiempo no sucedía. La política, como práctica, como herramienta de transformación, ha vuelto, y con mayor énfasis y compromiso todavía, desde que se desató el conflicto con las patronales del agro, hace más de un año atrás. El gobierno dispone de una agenda pública que no da respiro y los medios de comunicación, la oposición, la dirigencia rural, y hasta la farándula, decidieron ir por todo. No hay límite, y casi todo vale. De los cinco grandes medios gráficos de tirada nacional, cuatro se ocupan, día, tarde y noche, a desprestigiar cualquier tipo de iniciativa pública que lanza el gobierno, poniendo en riesgo no solo la estabilidad de la gestión sino también la institucionalidad.

Es por esto que más allá de los espacios naturales de militancia de las que venimos muchos de nosotros, sean partidos políticos, organizaciones sociales, gremios, centros de estudiantes o nuestros ámbitos de trabajo, es primordial que haya otras miradas de la realidad, que quiebren, que interpelen, porque la potencia con la que baja el discurso interesado de quienes manejan el monopolio de la información es avasallante.

Es primordial que exista un coral de voces que desde una posición ideológica clara le haga frente a la pantalla partida de TN, con la presidenta de la Nación haciendo anuncios de un lado, y del otro lado cincuenta ruralistas menospreciando su figura, y los anuncios -incluso aquellos que benefician a su propio sector-, o el Ministro de Justicia y Derechos Humanos de un lado, y Susana o Moria del otro, diciendo lo primero que se les viene a la cabeza, porque así, quizás, y de a poco, el público masivo, y a partir del insistente sonido de la otra campana, se pone a pensar, y opta.

La anunciada nueva ley de Radio Difusión nunca fue tan necesaria como ahora. Por que hoy la batalla es a fondo, no solo por una ley, o un candidato, sino por un modelo de pais.

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Más poesía y menos policía


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Encendidos

Ayer le decía a un amigo de la familia: unas de las conquistas más importantes del Kirchnerismo es habernos devuelto la política. "¿La política clientelista de los gobernadores de las provincias, los intendentes del conurbano, Rico?", me chicaneó. No. "La política entendida como actividad a la que, por ejemplo, los ciento cincuenta pibes de la agrupación a la que pertenezco le dedicamos tiempo y corazón", contesté.

Nosotros nos sentimos atraídos por la gestión de Nestor Kirchner, y ahora la de la presidenta Cristina, y decidimos armar, a mediados de septiembre del 2007, una organización oficialista, porque los tipos levantaron muchas de las banderas que nosotros sosteníamos en los años noventa, cuando la mano pasaba por resistir los embates de los diferentes gobiernos que fueron en contra de la mayoría de los intereses e inquietudes que teníamos como jóvenes, y como argentinos.

Volvió la política quiere decir -y esto es muy gráfico-, que las discusiones acerca de la gestión del gobierno actual –derechos humanos, índices de desocupación, pobreza y crecimiento, el campo, la corte suprema, Moyano y los sindicatos, la obra pública, la soberbia, la crisis internacional, la irritación, la nueva ley de radio difusión, que son dueños de la patagonia, la nacionalización de las jubilaciones, aerolíneas, agua y correo, Guillermo Moreno, la apuesta a la ciencia y la técnica, Luis D’elia, el MERCOSUR con Chavez y Evo Morales, el adelantamiento de las elecciones, entre otras cuestiones-, se ponen muy efusivas, sacan chispas, y hacen caminar por el lugar a los interlocutores con notorios gestos nerviosos, estés tomando mate con los compañeros del trabajo, en una mesa familiar, con los amigos después de jugar a la pelota, y hasta en la parada del bondi con otro cualquiera. Hacía mucho tiempo que la gente no plantaba bandera, de manera tan crispada, y elocuente, en relación a lo bien o mal que gobierna una fuerza política.

En lo personal festejo que estas ardientes discusiones se den en muchos de los ámbitos donde uno se mueve. Lo festejo porque quiere decir que el gobierno viene desacomodando algunas estructuras que estaban dormidas, en estado vegetativo. Y cuando uno toca ciertos intereses, la reacción es inmediata. Le vemos a diario, cuando Clarín, por ejemplo, o Carrio, o la mesa de enlace, está dispuesta a cualquier cosa.

Nosotros, los ciento cincuenta pibes, y muchos otros más que están organizados en otros espacios, motorizados únicamente por eso que llamamos convicciones, ya estamos saliendo a la calle a dar la discusión. Porque detrás del agravio, del fundamento barato, del me opongo a todo replicando a la oposición y al relato único de los grandes medios, mucho no hay. La idea es romper la coraza, el chaleco, el casco, e interpelar: el tema no son las formas sino el fondo. Demos la discusión, proponemos. Discutamos. Veamos hacia donde queremos ir, y cómo. Estamos dispuestos a escuchar, y asumir los desaciertos. Pero vayamos a fondo.

Estamos ante una oportunidad única de validar un modelo de país al que la gran mayoría apostaría, por lo menos en los papeles. Si uno escarba, se llega a esa conclusión. Hay que contar hasta diez cuando te boludean (por ejemplo, cuando se argumenta que la presidenta se viste caro, o el caso de la valija venezolana), y argumentar, poner sobre la mesa los mas valiosos logros que se vienen conquistando desde mayo del 2003 a la fecha, que no son pocos, y de un peso tremendo.

Esa es la política que ha vuelto: el fuego que te come el estómago cuando te ves defendiendo valores y convicciones.

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Relato (retrato) de Malvinas



1)
Silvio se compró un paquete de Derby, tiró del precinto rojo, arrancó el papel metalizado de la parte de arriba y de memoria sacó un pucho y lo prendió. Pocos minutos después sacudió el paquete sosteniendo los cigarrillos y cayó al suelo un papelito dorado: Te ganaste un viaje a Malvinas para dos personas.


Recién se había casado con su segunda mujer. Tenía miedo a un nuevo fracaso matrimonial. En el hospital le dijeron que él no podía tener hijos. Silvio no estaba en paz, sus gritos no tenían voz: se rompían en el estomago. Le dijo a su mujer que lo acompañara. Iba a volver a Malvinas 20 años después. No se animó a ir al cementerio pero recorrió casi todos los lugares donde había padecido frío, hambre, racismo y torturas por parte de sus superiores.


En el transcurso de ese viaje, en una noche fría en esas islas argentinas con banderas inglesas Silvio y su mujer concibieron a su primer hijo. Volvieron a la ciudad de Buenos Aires y él volvió a sentir que la vida tenía algún camino.


Hoy, 27 años después, Silvio cuenta todo lo que le pasó. Es una catarata, sus palabras caen con fuerza, sin contención, sin elaboración. No hay crónica, hay desahogo. Silvio empezó terapia hace dos años y hoy es feliz con su mujer y sus dos hijos. Cuenta que fue a Malvinas a los 18 años, como conscripto. Se le estropearon los píes por el frío. Su jefe de compañía lo maltrató durante todo el tiempo que duro la guerra. No pudo saber si los ingleses eran tan tiranos como los militares argentinos. Su jefe, Eduardo Flores Ardoino, le decía: Judío de mierda, cobarde, vos no vas a pelear, nos vas a traicionar, anda a pelear a Israel. Lo estaquearon por ir a comprar comida y cigarrillos a un mercado; comía dos arvejas por día y una vez lo hicieron comer agachado, sin usar las manos, como un perro, su comida mezclada con mierda.


Eso lo hizo un militar argentino que defendía la patria, educado en las escuelas argentinas de nuestra patria, educado para asesinar y torturar compatriotas y huir por los montes ante el ataque del enemigo inglés. Los días previos a la rendición, cuando la isla era un caos sin comando ni conducción, Flores Ardoino se borró y apareció días después, en suelo de Puerto Argentino, terminada la guerra, saludando a sus soldados. En las islas, algunas noches, arengaba a esos soldados dándoles whisky, un cigarrillo y una palmadita en el pecho. Bien argentino. Cuando llegaba el turno de Silvio, no le daba nada, por judío cobarde. Silvio tuvo que soportar que algunos de sus compañeros también lo maltrataran, contagiados por las palabras de Flores. Silvio se sentía culpable, cobarde.


Hasta que abrió ese paquete de Derby y volvió, y volvió y volvió. Y hoy se junta con sus compañeros conscriptos de Malvinas y son amigos y son libres.

2)
Los milicos argentinos luego de torturar, matar y desaparecer decenas de miles de personas en todo el país, cuando ya estaban acabando con ese genocidio feroz, se ocuparon de dejar sus últimas huellas: los conscriptos que fueron llevados a Malvinas sin preparación militar, sin equipamiento, sin comida y maltratados por sus jefes, fueron las últimas víctimas de la dictadura. Los conscriptos combatientes lucharon con lo que tenían en una entrega digna y patriota, en contraste con sus respectivos jefes que en muchos casos demostraron una cobardía extrema. La misma cobardía que exponían cuando violaban mujeres en los centros clandestinos de detención o cuando se apropiaban de niñas y niños hijos de desaparecidos.

3)
La muerte de Alfonsín (o la cobertura mediática de la muerte de Alfonsín) tapó un nuevo aniversario de la Guerra de Malvinas. La presidenta Cristina, sin embargo, no olvidó y en la mismísima Londres reivindicó la soberanía Argentina sobre Malvinas y señaló el maltrato que sufrieron los conscriptos que fueron llevados a Malvinas por los militares cobardes y genocidas que gobernaban este país.

Así como la muerte de Alfonsín escondió todo por un rato, también Alfonsín y la sociedad argentina de los años 80 escondieron a los ex combatientes en un rincón oscuro, o en los subtes, colectivos o trenes. Esa ocultamiento les costó a los ex combatientes más muertes por suicidios que las bajas que habían sufrido en la Guerra. Esta era otra deuda que la Argentina debía afrontar.

En los últimos años, con el gobierno de Néstor Kirchner y ahora con el de Cristina se visualizó una clara política reivindicatoria hacia este sector tan agredido por nuestra sociedad. Desde el Estado se recogió la lucha de los ex conscriptos y se les quitó la manta sucia y gris con que la sociedad los había cubierto. Nadie hizo más por los ex combatientes de Malvinas que los gobiernos de Néstor y Cristina, con un discurso sostenido de reivindicación histórica y con políticas públicas de subsidios, pensiones y programas dirigidos. Esto hay que decirlo. Y, en todo caso, discutirlo. Nunca ocultarlo. Este gobierno puso esa agenda sobre la mesa de la política, como hizo con tantos otros temas que estaban cajoneados en nuestro país. Generar agenda y discusiones le da verdadera calidad a la democracia.

4)
Todo lo que se tira al río vuelve. Actualmente hay dos causas importantes, una en Río Grande y otra en Comodoro Rivadavia, en las cuales se encuentran imputados decenas de militares que torturaron en Malvinas. La jueza de Comodoro Rivadavia ya proceso a algunos y declaró imprescriptibles esos delitos. En casi todas las provincias se están recogiendo testimonios para agregar a esas causas.

Tengo el honor, como abogado y militante, de trabajar en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad y desde allí recibir los testimonios de los ex combatientes torturados en Malvinas que residen en la Ciudad de Buenos Aires. Y tengo la emoción de poder contarlo.

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La muerte y el relato


El post de Charly me motivó estas reflexiones. Si bien aquí hay sólo un comentario, las repercusiones de "Sin historia", en un sólo día, fueron muchas y muy buenas.



La muerte y el relato
Los duelos suelen traer reflexiones. Quizás la muerte de Alfonsín nos sirva para eso, para reflexionar y enriquecer el debate, aunque sea con nosotros mismos. Uno quisiera debatir con los medios de comunicación masiva, preguntarles algunas cosas, pero ellos no van a contestar. Cuando se muera Menem van a decir que fue el presidente que cambió al país, que resucitó una patria destrozada por el gobierno de Raúl Alfonsín. Esa es su respuesta. La hipocresía sin límite. El diario La Nación y el diario Clarín son una vergüenza nacional. Pero reflexionemos nosotros. Ellos no reflexionan y, lo peor, le están robando a la sociedad el sentido común.

Es notable la diferencia que hay entre cómo se analizaban los hechos cuando ocurrían y la lectura que se hace de esa misma historia ahora. No digo que uno no pueda cambiar de opinión, reflexionar, madurar y obtener nuevos puntos de vista a la luz de la historia. Pero si es así, si se va a realizar esa reflexión, esa madurez, acompáñenla de autocrítica, muchachos. Sino queda en evidencia que no se trata de una reflexión histórica sino de puro oportunismo coyuntural. Le ponemos sacarina y ya está. Que pase el que sigue (que se muera el que sigue).

Así y todo, las consecuencias de la muerte de Alfonsín llegan en un momento muy importante. Que haya miles de personas desfilando por Congreso alivia un poco el corazón político que llevamos dentro. Hay un recreo donde la gente, masivamente, sale a jugar a la democracia. Y eso está muy bien. Hay algo de culpa también en esas caminatas por el Congreso. Ir a ver el cuerpo de Alfonsín es ir a recomponerse un poco con la democracia. Es importante que reluzca esta pasión por la democracia porque ahora, dentro de poco, se vota, y el voto, el acto de ir a votar, está identificado con la recuperación de la democracia, con Alfonsín y los valores que él decía sostener: justicia, educación, alimentación, salud, vivienda; en síntesis: derechos humanos.

Alfonsín es un símbolo en la materia porque ocupo ese lugar en un momento histórico, y tuvo sus méritos para lograrlo, pero también es absolutamente culpable, junto a muchos sectores de la sociedad, de que este país siga pagando deudas hasta el día de hoy (económicas, sociales y de justicia por los crímenes cometidos en la dictadura genocida, entre otras). El era presidente de la nación, no el presidente de una asociación civil. Tenía responsabilidades muy serías a su cargo y con una legitimidad de origen avasalladora tuvo que renunciar antes de terminar el mandato.

Obviamente que su recorrido no fue fácil y que tuvo que enfrentarse con corporaciones, partidos políticos e intereses económicos muy poderosos. Pero tenía un pueblo que podía acompañarlo y no supo aprovecharlo. No se trata acá de analizar cada uno de los hechos y asignar responsabilidades. Pero sí es interesante penetrar en los relatos vigentes, que pueden convertirse en mitos. Resulta que Alfonsín es el hombre que recuperó la democracia y que su gobierno fue destituido por intereses corporativos. Bien. ¿Y qué tal si Alfonsín fue sólo el representante de un pueblo que había luchado por la recuperación democrática y el hombre que no supo gobernar un país y cedió ante todas las presiones que tuvo? Ni una cosa ni la otra.

Las muertes generan el efecto de recorrer las vidas. La muerte de Alfonsín nos hace reparar en su vida y en la de nuestro país. Hagámoslo con pasión, con reflexión histórica, con paciencia y, sobre todo, en el marco de una visión para el futuro. Luchemos para que otros no nos escriban el relato. Escribámoslo nosotros.

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Sin Historia

Los hermanos Dios le dan lugar en el blog, con mucho gusto, a un amigo que ofrece otra mirada acerca del fallecimiento de Raúl Alfonsín.

Jamás me hubiera imaginado en 1993, cuando se firmaba el Pacto de Olivos y entre otros negociados se definía la continuidad del Neoliberalismo, que se iba a adorar tanto a ese ex presidente que permitió la reelección de otro ex presidente.

No puedo salir de mi asombro al ver como se desesperan los grandes medios de comunicación para alabar al responsable de una de las peores inflaciones de la historia económica del país, que dejo el salario real de los trabajadores por el piso, provocó despidos, y una hola de saqueos por el hambre..

Me pregunto si tenemos memoria, y recordamos como se arrodilló este ex presidente ante el poder militar, teniendo que imponer las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que dejaron un manto de impunidad dejando libres a los represores responsables del terrorismo de estado en la sociedad argentina hasta el gobierno de Kirchner.

Ojo: Es necesario resaltar que Alfonsin fue el primer presidente de la democracia , trayendo libertad a un pueblo golpeado por la dictadura mas sangrienta que tuvo el país y llevo adelante el informe de la Conadep que permitió después enjuiciar a los genocidas, que dejo en libertad después el otro ex presidente antes de ser reelecto. Fue un presidente de dialogo, de transición que necesitaba el pais. Pero con eso no alcanza para ser considerado hasta ahora " el mejor presidente de la democracia".

Los opinologos resalta que Alfonsin fue un ejemplo de pureza, consenso, transparencia, ética y mas palabras que siguen estando de moda en el diccionario agromediatico fashion de Palermo Soja.

No es ético dividirse los negocios y cargos con un ex presidente y permitir que este pueda acceder a una reelección para terminar de destruir el aparato del estado y llevar a miles de argentinos a la pobreza, mientras otros brindaban con pizza y champán.

No es transparente estar rodeado de personajes oscuros como una de sus manos derechas, Enrique "Coti" Nosiglia, que manejó, entre otras cosas, la SIDE con la mano de obra desocupada de la Dictadura.

No es puro haber fomentado el crecimiento del radicalismo en la Universidad de Buenos Aires con su brazo político la Franja Morada (o robada), agrupación experta en negocios turbios, privatizaciones y desguace de lo público.

Es repugnante escuchar las comparaciones que se hacen de este ex presidente con la actual presidenta y su marido, levantando a Alfonsin como un ejemplo a seguir.O las comparaciones tales como " ahora es fácil enjuiciar a los genocidas, pero el precursor fue alfonsin". Si claro, es muy fácil posicionarse contra el FMI, la Iglesia, la oligarquía, los grandes medios de comunicación y las fuerzas armadas. Tan fácil que eso le ha costado el gobierno a muchos ex presidentes e incluso la vida.

No entiendo la lógica. Cuando masacraron a los mártires de Trelew, había simpatía con las organizaciones político-militares, pero después, se pidió a gritos a los milicos.Y cuando vino la democracia, nadie sabia nada que había pasado. Cuando alfonso gobernaba, era un ladri y sin carácter. Hoy es honesto y un "estadista". Cuando estaba Carlo todos iban a Miami. Hoy, no lo voto nadie. Cuando gobernaba De la Rua, le faltaba autoridad. Ahora que tuvimos dos presidentes con autoridad y coraje, son autoritarios.

La democracia está de luto. Sí, está de luto porque esta democracia no puede seguir existiendo sin memoria. Porque si así sucede corre el peligro de que se vuelvan a cometer los mismos errores (u horrores). Porque como sociedad somos responsables de nuestros hechos y tenemos que hacernos cargo de nuestra historia como país, de nuestros gobernantes, y de nuestra participación en el rumbo de la patria que queremos. Porque un país sin memoria, es un país sin historia.

Charly Pisoni

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Manu y Santino Dios

Manu y Santino Dios