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KRANEAR: el número dos está en la calle

Alguna vez le escuchamos decir a Horacio Verbitsky que el número dos de cualquier revista era el más complicado de sacar a la calle. Algo de cierto tiene esa afirmación, damos fe. Y acá estamos.

Sumario:
* Veinte años de Mercosur
* Pensamiento y obra de Getúlio Vargas
* Inmigración -hijos de América-
* Cooperativismo -la tercera posición económica-
* Entrevista a Conan Doyle -las alas de Perón-
* Los cambios económicos en Cuba
* Ecuador -crónica de viaje-
* Santos paganos -la Difunta Correa-
* Fotonota de la comunidad boliviana desfilando en la fiesta del Bicentenario
y más...

También cuatro nuevas figuritas y el segundo tercio del póster de los luchadores latinoamericanos de todos los tiempos.

Puntos de venta:
* Feria del Libro. Pabellón Amarillo, Stand de Revistas Culturales (Nro. 2544)
* Gráfica B612, Ciudad de la Paz 2370 (Belgrano)
* Puesto de diarios de la estación Colegiales (Colegiales)
* Puesto de diarios de Corrientes y Dorrego (Villa Crespo)
* Bar "Perón Perón", Carranza 2200 (Palermo)
* "MU Punto de Encuentro", Hipólito Yrigoyen 1440 (Congreso)
* Puesto de diarios de Viamonte y Esmeralda (Centro)
* Puesto de diarios del hall central de la línea Mitre de Ferrocarriles -debajo del cartel de los horarios- (Retiro)


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Recordando a Kiki

Por medio de una compañera, hoy leimos esto. Un texto muy lindo, muy triste, muy crudo, sobre Kiki, a quien un integrante de la Policía Federal mató a sangre fría hace casi dos años. Es un caso paradigmático de la violencia policial y complicidad judicial. Lo relatamos en capítulos acá, acá y acá. Después se conoció un video con imágenes de Kiki agonizando. Lo mataron y lo filmaron muriendo. La perversidad policial, la impunidad, el desprecio por la humanidad.

Estamos viviendo otros tiempos, el aire corre y está todo más fresco. No quiere decir que no haya otros Kikis humillados por la PFA, pero es otro el viento que corre. Finalmente hay control político, hay decisiones políticas sobre la PFA. Y ese aroma saben olerlo los jueces, cómplices históricos y tradicionales de la brutalidad y corrupción policial.

Hoy se supo que en la causa por el asesinato de de Mariano Fereryra llamaron a indagatoria a siete oficiales de la PFA. Hace una semana tomamos conocimiento que un Juez de Instrucción de la Capital procesó por torturas y le dictó la prisión preventiva a tres policías de la Comisaría 23 que habían torturado en julio del año pasado a tres menores. El procesamiento es ejemplar porque rompe con tradiciones de la jurisprudencia argentina y les imputa el delito de tortura y no de apremios ilegales (la pena es sustancialmente diferente, básicamente es la cárcel o la libertad).

En Criminal Mambo escribimos más de este tema. Va a haber resistencias y marchas y contra marchas en este proceso histórico que inició Garré. El poder judicial tiene mucho para hacer. El caso de Kiki, a pesar de las nuevas pruebas como la del video, todavía está impune esperando una resolución de la Cámara de Casación hace más de un año.

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Termómetro social VI (Patti condenado a perpetua)


El jueves pasado estuvimos en José León Suárez para formar parte de otro de los días históricos que está viviendo nuestro país. La Justicia Argentina condenó al genocida Luis Abelardo Patti a morir en el Complejo Penitenciario de Marcos Paz. Acá está la crónica (La Maquiladora, un blog amigo).

Quedaron varias cositas afuera del texto, por supuesto. Por ejemplo: una empleada del Juzgado, al tomarnos los datos para entrar a la audiencia, nos recordó que había que apagar el teléfono, y que no se podía gritar ni hacer gestos indecorosos. Y otra perlita más: un chico de menos de treinta años, empleado de la Municipalidad abocado a mantener los baños en condiciones, cuando le dijimos qué le parecía la movida, nos dijo: "nunca vino tanta gente a este lugar".

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La síntesis

Hay necesidad de hacer síntesis porque es mucho lo que está pasando. Así como nunca tenemos que naturalizar lo que consideramos malo tampoco tenemos que naturalizar lo bueno. Hay necesidad de resumir, de mostrar, de comparar. Aunque sea para verlo en otro momento con palabras de búsqueda: señalización, sentencia, Patti, escuelas de policía, estado de derecho, división de poderes, DNU, derecho a huelga, SAME, villa 31. Hay necesidad de ordenar sólo algunos, sólo algunos de los tantos temas de coyuntura política que pasan en nuestro país y en la Ciudad.

Hace 10 años los H.I.J.O.S hacían fiestas para juntar plata para hacer los escarches populares (si no hay justicia, hay escrache). Hoy hacen fiestas para festejar las sentencias. Cuando hay sentencia, hay fiesta popular. La condena a perpetua a Luis Patti es la máxima expresión del camino que está haciendo nuestra democracia. Desde que asesinó y torturo, Patti pudo vivir en la sociedad como si nada hubiera pasado; aun más, tuvo derechos electorales para votar y ser votado, fue impulsado por partidos políticos, fue funcionario y fue intendente. Y casi diputado. A pesar de esa escalada de impunidad, la lucha constante de militantes y abogados comprometidos dieron vuelta la historia. Y ese zarpazo sólo pudo ser posible con el cambio de paradigma político que instaló Neétor y continúa Cristina.

Luis Patti era policía, de esa escuela de policía al servicio de la represión, que antes perseguían comunistas o subversivos y que en democracia pusieron esa furia contra los pobres. Ese es el tipo de policía que, al menos desde el ámbito federal, hoy se intenta cambiar a paso firme y con la idea de no perder más tiempo (que fue mucho). Esa es la policía que hace 20 años mató a Walter Bulacio. La gestión de Garré y la condena a Patti van de la mano. Ahora sí la política de derechos humanos que se hizo hacía las fuerzas armadas está llegando a las fuerzas policiales. De la misma forma, porque la forma, como dice Enrique Vázquez, en estos casos, se confunde e integra con el fondo de la cuestión.

El cambio de nombres de las escuelas de policía y la señalización de Coordinación Federal con una placa enorme que nos dice que ahí funcionó un centro clandestino de detención y exterminio, son los símbolos, absolutamente necesarios, que tienen que marcar la gestión. La política es un mundo de símbolos y la gestión su concreción. No hay una sin otra. Eso es política integral.

Al mismo tiempo, en la Ciudad de Buenos Aires, el Jefe de Gobierno nos convoca a un acuerdo democrático, para revalorizar el Estado de Derecho y recuperar la división de poderes, principio republicano esencial. Pero cuando se apagan las cámaras, vuelve a su despacho y firma un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que viola todo lo que él dice que quiere defender. Un decreto inconstitucional, que se arroga facultades legislativas, creando un tipo contravencional. Para hacerlo visible: es como que Cristina dicte un decreto creando un tipo penal, por ejemplo así: “Las empresas de radiodifusión que no incorporen a sus grillas las señales que financia el Estado Nacional, serán sancionadas con una multa de $50.000 pesos y con prisión de 1 a 5 días”. Sólo imaginen la catástrofe mediática de esto. No estaríamos para nada de acuerdo. Como no lo está Cristina, que limitó considerablemente el dictado de DNU en su gestión. Y nunca lo hizo sobre materias prohibidas constitucionalmente. Macri sí lo hace (la Constitución de la Ciudad dice expresamene que no puede regular por Decreto normas de carácter contravencional) y Sabsay no dijo nada. Deberían sacarle la matrícula de abogado. Macri, por orden de Magnetto, estableció un tipo contravencional para sancionar a quienes obstruyan las salidas de los diarios, estableciendo como todo fundamento la sentada que se hizo a fines de marzo en la puerta de la imprenta de Clarín.

Antes, Macri se encargó de establecer que el SAME no entre a las villas de la Ciudad y consiguió con eso que muera una persona por no recibir asistencia médica. En lugar de solucionar, tira nafta al fuego y no pone seguridad en los hospitales y centros de salud, alentando un paro de la corporación médica.

En Brasil hay un cuerpo de policías (UPP) que con apenas 3000 integrantes se metió en 57 favelas y bajó considerablemente el nivel de violencia y delito, con un paradigma de inserción y no de combate. Empezó, como la Metropolitana, en 2008. Ya pueden mostrar índices concretos y su jefe, Robson Rodrigues, es un antropólogo que dio, fundamentalmente, una lucha símbolica hacía adentro de la fuerza. La Metrpolitana tiene 2000 integrantes y no puede ni siquiera cuidar los hospitales públicos, que son 33.

A Clarín todo, a los pobres nada.

En el camino Macri vacía las políticas sociales hacia niñas, niños y adolescentes y les recomienda a los chicos comer fresas y jugar al béisbol.

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Enfrente de sus narices (señalización de CCD's)


El jueves y viernes pasado se señalizaron dos Centros Clandestinos de Detención y Exterminio. Ambos predios pertenecen a la Policía. El primero a la Federal, un edificio que respira picana ubicado a cien metros del Departamento Central de la calle Moreno, y que funcionó, aún antes del golpe del '76, para perseguir y torturar a la militancia. El otro es de la Bonaerense: la Comisaría 1era. de Tigre, en la zona norte del conurbano, por donde pasaron, entre otros, los delegados gremiales de la Ford.


Los dos actos corrieron por cuenta del Estado Nacional, a través de el Archivo Nacional de la Memoria (Ministerio de Justicia y Derechos Humanos), y del Ministerio de Seguridad. Si se dan una vuelta por la Ex ESMA, en la esquina con Defensores de Belgrano, van a ver los tres pilares típicas de la señalización: Memoria, Verdad y Justicia. Lo mismo en Campo de Mayo, o la Perla, en Córdoba, entre otros.

Con cada una de estas placas, la reparación histórica gana espesura. Y el modelo de Néstor y Cristina, más legitimidad y más reconocimiento.

Publicamos ésta nota en la edición de Miradas al Sur del domingo, con la que repasamos parte de la macabra historia de Coordinación Federal. Deberían haber visto las caras impávidas de los azules, mientras Nilda Garré convidaba Kirchnerismo en el mismísimo comedor de su cuartel.

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Termómetro Social V (la película Belgrano)

Para los que poco saben o recuerdan de la historia patria, como el ahora convencido militante Luciano M., la resignificación de la vida y obra de próceres como Belgrano y San Martín -ahora, en plena disputa con los grupos concentrados de poder que intentan por todos los medios interrumpir y dañar un proceso político excepcional-, se torna, de mínima, interesante. "No tanto por lo que hicieron éstos gigantes", le comentó a un hombre de unos sesenta años con el que se puso a charlar, "sino por todo lo que se genera alrededor, hoy, año 2011". Y remató: "¡Mirá lo que es ésto!", apuntando con el brazo hacia el río de gente que encaraba hacia las salidas.

El domingo pasado se proyectó "Belgrano" en la Plaza de Armas de la Ex ESMA. Promediando la película, bajo un espeso y masivo manto de silencio, Luciano M. escuchó que una chica le comentaba a otra que la convocatoria superaba otra gran movilización, en la misma explanada, cuando Cristina ofició, el 10 de diciembre de 2008, junto a Néstor, un acto por el día de los DDHH. Luciano M. no participó de aquella fiesta, porque andaba en otra, y se lamenta, una y otra vez, porque dos amigos suyos formaban parte de la organización que esa tarde hizo la seguridad del acto, y que tuvieron la posibilidad de agradecer, arengar, abrazar, y sacarse esas insensatas fotos de simplicidad familiar -pero en este caso-, junto a un ex presidente sobrepasado por el calor del sol y de los compañeros.

Las dos mil personas que llegaron al predio a paso dominguero con sillas, banquetas, termos y bizcochitos debajo del brazo, superaron de manera holgada las expectativas de los organizadores de la actividad: el Espacio para la Memoria, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, un ente tripartito (Organismos de DDHH, Nación y Ciudad) que construye políticas de Estado dentro del predio desde el año 2007.

La noche arrancó con unos cortos institucionales del Archivo Nacional de la Memoria. Después se proyectaron imágenes vinculadas al sostenido crecimiento de la industria del cine nacional. Paso seguido, se realizó un pequeño repaso, siempre a partir del soporte audiovisual, de algunas de las medidas más importantes en materia de DDHH de los últimos años. De repente la pantalla se oscureció y se prendieron un par de focos. Desde una tarima las autoridades dieron la bienvenida. El clima era estupendo. A modo de síntesis de lo profundo y promisorios que han sido los cambios de los últimos años, pensando, y poniendo luz, en especial, sobre aquella consigna que usaron las Madres el día que entraron a paso de vencedoras al predio ("a este lugar donde reinó la muerte lo llenaremos de vida"), algunos integrantes de H.I.J.O.S. invitaron al frente a un nieto recuperado que acababa de ser padre.

Minutos después, los actores y productores de la película, entre ellos, Tristán Bauer, contaron con mucha simpleza y honestidad, que estaban muy orgullosos de haber formado parte de la película y de la reelaboración de una historia que hoy toma una vigencia crucial. "Ahora vamos a cantar el himno", anunció alguien desde el frente. Y en la pantalla aparecieron las imágenes de la última noche de los festejos del Bicentenario, con la 9 de Julio reventando de gente, y Fito Paez y una treintena de músicos cerrando las históricas conmemoraciones, justamente, con el himno.

"La noche podría terminar acá y estaría bien, ¿no?", le comentó Luciano M. a su hermana -una chica de veinte años que se sumó a la militancia después del 27 de octubre-, que miraba al frente con los ojos hinchados por unas lágrimas que, a punto de rebasar, le caerían indefectiblemente por las mejillas en el momento exacto que el himno terminaba y las dos multitudes se rompían las manos y se les quebraban los gritos por la emoción.

Durante gran parte de la película, un espeso y enorme nubarrón flotó amenazante en la parte norte del cielo. Luciano M. era de los pocos que se distraían con los latigazos de electricidad que iluminaban la Plaza de Armas, porque los que estaban cerca suyo -él se aseguró mirando a su alrededor- no mostraban ni la más mínima inquietud. La película estaba bien, muy bien, pero Luciano M. por momentos se abstraía, y se sentía lleno, rebosante, atravesado por una sensación que desde hace tiempo le viene generando cierta contrariedad: "por momentos cuesta convivir con la alegría de tantas conquistas juntas".

A su hermana no le dijo nada. "Es mi mambó", certificó, miraándola a ella primero, y después a esa comuninión ciudadana que llenaba de entusiasmo la Plaza mayor de uno de los símbolos más escalofriantes y macabros de nuestra historia.

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Hoy Garré y Verbitsky

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Las Malvinas son argentinas


Retrato (relato) de Malvinas. Lo escribimos hace dos años. Nuestro homenaje, nuestra mirada.

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Manu y Santino Dios

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