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testarudo

supimos que era hincha de temperley
porque nunca ocultó la alegría
de haber ascendido a primera

pelito largo desalineado, blondo
en el barrio le deben decir polaco, o alemán
aunque se coma una s
o tenga los dientes desparejos;
bailoteaba por las oficinas
a cargo de un contenedor con ruedas
con la gracia de un zurdo en el potrero
desabrigado, desalineado,
inmune al ojo ajeno
prejuicioso, indiferente o altanero

debe tener varios hermanos
quizá viva en una calle de tierra
iría a la tribuna del celeste con amigos
le haría regalos a la novia
le compraría remedios a la abuela;
pero ayer nomás tendía los brazos
vociferaba un grito sordo

para ofrecer café caliente
en la puerta del ministerio
le apuntaba con la uña larga
a la boca de una precaria alcancía compañera
vital para los desempleados de limpieza
para no caer otra vez al vacío

la garúa era tan persuasiva
que por un instante creímos perdido
hasta el azul del cielo
pero la sonrisa del polaco estaba intacta
el pelito hasta los hombros
las perlas de transpiración en la frente
las venas hinchadas en los brazos
la mirada cansada
la sangre caliente
del testarudo que se resiste al olvido

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Autores que germinan autores


Una de las definiciones que ofrece el diccionario María Moliner para la palabra “Germen” es: “Circunstancia o suceso que, al desenvolverse, se transforma en cierta cosa”. Otra más académica dice que se trata de un “Conjunto de células reproductoras que dan origen a un animal o a una planta”. Una tercera posible aproximación la podemos representar con una experiencia personal que sucedió en el invierno de 2014, en un bar de San Telmo acondicionado con oscura madera, en el que me reuní con un editor que me había llamado por teléfono para decirme que estaba interesado en un cuento de mi autoría.

Hernán Brignardello, el puntilloso y apasionado editor, me contó cuál era la idea de Germen, el libro que junto a Marcos Almada ya tenían elaborado en sus cabezas. Yo no tenía pistas de cómo habían llegado a mí. Eduardo Muslip, me dijo. Un escritor que yo había tenido de docente en Casa de Letras, una escuela de narrativa. Me explicó que éramos unos doce escritores y que entre los nombres de los autores consagrados que figurarían en la antología estaban Liliana Hecker, Alberto Laiseca, Leopoldo Brizuela –también docente de Casa de Letras-, Ana María Shua y Marcelo Cohen. También me anunció que en los próximos días me enviarían algunas correcciones a modo de sugerencia para mi cuento.

Para un autor novel, desconocido, que se paseó por varias editoriales para ofrecer sus textos, sin suerte, que se presentó en más de un concurso y no logró ni una mención, que un día cualquiera un editor le proponga sumar un cuento suyo a una antología, significa vivir un momento de plena satisfacción. Porque seamos sinceros, uno no escribe sólo para aventurarse en los laberintos de sus obsesiones y deseos, sino también para lograr el reconocimiento de un tercero que no sea familia, o amigos. En especial, de los que se dedican a leer y publicar literatura.

Alto Pogo es una editorial independiente, que está impulsada por el fervor de sus socios. Al poco tiempo me enviaron las observaciones. Las acepté con gusto, consciente de que de ese modo el texto ganaba espesor. 


Luego pasaron varios meses hasta que nos volvimos a encontrar en el bar de FM La Tribu, en Almagro. Ya no en un mano a mano sino junto a la mayoría de los trece escritores emergentes. Nos presentamos, al principio con una predecible timidez. Sonreímos, nerviosos. Hombres y mujeres de entre 25 y 40 años que se ganan la vida con distintos oficios –desde una comentarista de la disciplina Vale Todo hasta un abogado penalista-, y que cuentan con distintas experiencias en relación a la escritura. Luego, con algunas cervezas sobre la mesa, nos aflojamos un poco más. Pasamos a las anécdotas de un taller literario, citamos a algún escritor respetado, y hasta hablamos de fútbol y política. Ahora sí alguno largó una carcajada. Hernán y Marcos, locales y anfitriones, nos contaron los pasos que la editorial iría dando a partir de esa noche, hasta llegar a la impresión del libro. La germinación. Faltaba menos.

Luego los emergentes se volverían a ver en un viejo caserón, con el objetivo de preparar un video para promocionar el proyecto. Se sentaron alrededor de una mesa, en la que comieron, bebieron y retomaron las conversaciones sobre las miradas y experiencias personales con respecto a la narrativa y también la poesía. El vino y la confianza invitaron a nuevas confesiones y carcajadas. Fue en ese clima de distensión que algunos pasaron se plantaron frente a la cámara para compartir precisiones sobre el proyecto.

Y el futuro llegó. Ya se puede comprar por anticipado el libro por medio de Panal de Ideas, un portal web que promueve el financiamiento colectivo. Así de autogestivo y sacrificado es el trabajo de los pequeños editores en la Argentina. Aman lo que hacen, pero aparte tienen que ser híper creativos. Y más ahora, con las políticas de apertura económica que está implementando el gobierno de Cambiemos. Con la preventa que se realice de los trece textos, Alto Pogo podrá costear la impresión del libro “Germen - Antología de cuentos - Autores germinan autores”.

Creo que los editores de Alto Pogo encontraron una síntesis perfecta al elegir el nombre del libro, ya que Germen se adapta de modo quirúrgico al sentimiento que todo artista atraviesa en el momento en el que la criatura comienza a andar sola. Ya la habíamos engendrado, en la soledad del cuarto, o donde sea, pero ahora estará en manos del lector, que al atravesarla con su propia subjetividad, de algún modo promueve una nueva transformación. Los que saben muy bien de lo que hablo, aparte de los lectores, son los colegas consagrados, que aparte de ser grandes creadores tienen una enorme generosidad. Gracias a todos ellos.

La lista completa de autores y la información sobre cómo aportar al financiamiento del proyecto, se puede leer acá: http://panaldeideas.com/proyectos/germen-antologia-de-cuentos-autores-germinan-autor/

Alto Pogo va a presentar el libro junto a algunos de los autores, el próximo 4 de mayo a las seis y media de la tarde en el Espacio Zona Futuro de la Feria del Libro de Buenos Aires (Pabellón Amarillo).

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planeta de fuego

yace el diario sobre el piso de la peluquería
parece inofensivo, allí, inerte como un despojo
el sol de la primera mañana
invade la vereda, atraviesa la puerta de vidrio
tiñe la portada con inoportuna belleza
pero ya no nos distrae
el estridente revuelo de cualquier clarinete;
tenemos certezas: el fusil automático está cargado
de inconfesables pero conocidas intenciones
las balas de pus con verosímiles difamaciones
revientan contra el papel obra torturado
los juglares del odio ya están afónicos
de tanta propagación de veneno
apoyados en el estratégico y extraordinario
enjambre de repetidoras,
enloquecen el corazón del peluquero
atrofian la subjetividad de la manicura
alimentan a nafta el miedo de la empleada
que enjuaga y barre el pelo
la psicosis de las clientas
la xenofobia del cadete que trae la ensalada.


mienten, destituyen
pero varios millones ya tenemos certezas;
ahí se engendra hoy
nuestro sagrado planeta de fuego
que asomará desde el río
siempre
pese a todo.

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Manu y Santino Dios

Manu y Santino Dios