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La síntesis

Hay necesidad de hacer síntesis porque es mucho lo que está pasando. Así como nunca tenemos que naturalizar lo que consideramos malo tampoco tenemos que naturalizar lo bueno. Hay necesidad de resumir, de mostrar, de comparar. Aunque sea para verlo en otro momento con palabras de búsqueda: señalización, sentencia, Patti, escuelas de policía, estado de derecho, división de poderes, DNU, derecho a huelga, SAME, villa 31. Hay necesidad de ordenar sólo algunos, sólo algunos de los tantos temas de coyuntura política que pasan en nuestro país y en la Ciudad.

Hace 10 años los H.I.J.O.S hacían fiestas para juntar plata para hacer los escarches populares (si no hay justicia, hay escrache). Hoy hacen fiestas para festejar las sentencias. Cuando hay sentencia, hay fiesta popular. La condena a perpetua a Luis Patti es la máxima expresión del camino que está haciendo nuestra democracia. Desde que asesinó y torturo, Patti pudo vivir en la sociedad como si nada hubiera pasado; aun más, tuvo derechos electorales para votar y ser votado, fue impulsado por partidos políticos, fue funcionario y fue intendente. Y casi diputado. A pesar de esa escalada de impunidad, la lucha constante de militantes y abogados comprometidos dieron vuelta la historia. Y ese zarpazo sólo pudo ser posible con el cambio de paradigma político que instaló Neétor y continúa Cristina.

Luis Patti era policía, de esa escuela de policía al servicio de la represión, que antes perseguían comunistas o subversivos y que en democracia pusieron esa furia contra los pobres. Ese es el tipo de policía que, al menos desde el ámbito federal, hoy se intenta cambiar a paso firme y con la idea de no perder más tiempo (que fue mucho). Esa es la policía que hace 20 años mató a Walter Bulacio. La gestión de Garré y la condena a Patti van de la mano. Ahora sí la política de derechos humanos que se hizo hacía las fuerzas armadas está llegando a las fuerzas policiales. De la misma forma, porque la forma, como dice Enrique Vázquez, en estos casos, se confunde e integra con el fondo de la cuestión.

El cambio de nombres de las escuelas de policía y la señalización de Coordinación Federal con una placa enorme que nos dice que ahí funcionó un centro clandestino de detención y exterminio, son los símbolos, absolutamente necesarios, que tienen que marcar la gestión. La política es un mundo de símbolos y la gestión su concreción. No hay una sin otra. Eso es política integral.

Al mismo tiempo, en la Ciudad de Buenos Aires, el Jefe de Gobierno nos convoca a un acuerdo democrático, para revalorizar el Estado de Derecho y recuperar la división de poderes, principio republicano esencial. Pero cuando se apagan las cámaras, vuelve a su despacho y firma un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que viola todo lo que él dice que quiere defender. Un decreto inconstitucional, que se arroga facultades legislativas, creando un tipo contravencional. Para hacerlo visible: es como que Cristina dicte un decreto creando un tipo penal, por ejemplo así: “Las empresas de radiodifusión que no incorporen a sus grillas las señales que financia el Estado Nacional, serán sancionadas con una multa de $50.000 pesos y con prisión de 1 a 5 días”. Sólo imaginen la catástrofe mediática de esto. No estaríamos para nada de acuerdo. Como no lo está Cristina, que limitó considerablemente el dictado de DNU en su gestión. Y nunca lo hizo sobre materias prohibidas constitucionalmente. Macri sí lo hace (la Constitución de la Ciudad dice expresamene que no puede regular por Decreto normas de carácter contravencional) y Sabsay no dijo nada. Deberían sacarle la matrícula de abogado. Macri, por orden de Magnetto, estableció un tipo contravencional para sancionar a quienes obstruyan las salidas de los diarios, estableciendo como todo fundamento la sentada que se hizo a fines de marzo en la puerta de la imprenta de Clarín.

Antes, Macri se encargó de establecer que el SAME no entre a las villas de la Ciudad y consiguió con eso que muera una persona por no recibir asistencia médica. En lugar de solucionar, tira nafta al fuego y no pone seguridad en los hospitales y centros de salud, alentando un paro de la corporación médica.

En Brasil hay un cuerpo de policías (UPP) que con apenas 3000 integrantes se metió en 57 favelas y bajó considerablemente el nivel de violencia y delito, con un paradigma de inserción y no de combate. Empezó, como la Metropolitana, en 2008. Ya pueden mostrar índices concretos y su jefe, Robson Rodrigues, es un antropólogo que dio, fundamentalmente, una lucha símbolica hacía adentro de la fuerza. La Metrpolitana tiene 2000 integrantes y no puede ni siquiera cuidar los hospitales públicos, que son 33.

A Clarín todo, a los pobres nada.

En el camino Macri vacía las políticas sociales hacia niñas, niños y adolescentes y les recomienda a los chicos comer fresas y jugar al béisbol.

1 comentario:

chica_rutera dijo...

Macri fue elegido para hacer lo que está haciendo: negar a los pobres no reconociéndolos como ciudadanos con derechos. Si hoy su carrera política está hundida es porque las leyes inclusivas nacionales le atan las manos. Prefiere que la metropolitana siga mostrándose paseando en sus autos y bicis por algunos barrios elegidos, dándole a quienes lo votaron la sensación de que ahora hay más presencia policial en las calles y están más seguros detrás de sus ventanas enrejadas. Si no se sale a la calle, la "realidad" se ve por TN, La Nación y Clarín.
Quienes estamos formando parte de la única realidad posible, la que se vive y no la que se percibe, sabemos que sus tiempos se están terminando. Patti, Bignone, Riveros y Rodriguez condenados a perpetua en cárcel común hace sólo 2 días es otra muestra de ello.

Manu y Santino Dios

Manu y Santino Dios