Marisa Sadi, una compañera comprometida con las organizaciones de ddhh desde hace muchos años, que militó en la Juventud Universitaria Peronista hasta el año 1977 y que estuvo secuestrada unos meses en la ex ESMA, y que escribió un más de un libro sobre estas experiencias, me contactó por la crónica que hice de una audiencia de la mega causa de Campo de Mayo los primeros días de enero cuando declaró un ex sargento del ejército que reveló mandos, nombres, fechas y metodologías de los grupos de tareas que operaban dentro de Campo de Mayo. Hubo un pasaje de la crónica que a Marina le hizo ruido, y ella, que lleva muchas horas de investigación sobre la espalda, me escribió, y opinó, e intercambiamos un par de correos, y en seguida, a nosotros, los hermanos Dios, nos pareció interesante la idea de subir sus observaciones e inquietudes a nuestro blog, porque nos sirvieron, nos aportaron, y se prestan al debate.
Acá va su nota, entonces.
Como investigadora independiente, militante de Derechos Humanos, y autora del libro “El caso Lanuscou. Columna Norte. La Otra Historia”, deseo enviar algunos comentarios sobre la mención que en dicha crónica de la audiencia se hace de “Nenina”.Las crónicas que se están realizando sobre las audiencias no son versiones taquigráficas (como fue, por ejemplo, el diario del Juicio a las Juntas).Es decir, no son trascripciones textuales a las que no debería sobrarles o faltarles ni un punto ni una coma. Si lo fueran, estas líneas que estoy enviándoles carecerían de sentido. Sin embargo, del mismo modo que mis reconstrucciones no presumen de objetividad, ya que están traspasadas por la subjetividad del militante, también estas crónicas o síntesis del juicio, por lo que puede leerse, lejos están de constituir asépticos relatos desprovistos de significación y hasta las emociones del público.
Es, evidentemente, un relato escrito por quienes persisten en sancionar los crímenes de lesa humanidad no ya desde un mero tecnicismo judicial sino desde un sentido profundo de “Memoria, Verdad y Justicia” forjado en años de militancia y sostenido con las tripas pero también con racionalidad y coherencia. Desde ese lugar resulta poco entendible la forma en que se reprodujo lo dicho por Ibáñez.
“Nenina” apareció en la cronología de mi investigación a poco de empezar a indagar sobre lo sucedido con el ataque a la familia Lanuscou (otro de los casos de la Megacausa Riveros). Este caso es muy complejo y aunque no suelo incluir en las reconstrucciones el tema de las “cantadas”, esta vez era importante saber cómo llegaron las fuerzas represivas a la casa de los Lanuscou. “Nenina” apareció porque algunos indicios la convertían en una de las cuatro hipótesis que formulé sobre la caída de esa casa. Desde la página 84 “Nenina” entró y salió de la cronología de mi libro para reaparecer, una y otra vez, con cada noticia nueva que hacía retroceder o afianzar la hipótesis, con cada dato sobre su caída, sobre su militancia o la de su marido, sobre posibles vínculos con Roberto Lanuscou o su esposa Bárbara, o al intentar armar el rompecabezas de la “orgánica” de Norte. Pero no la nombré. No la nombré ni por el apodo. No la nombré porque yo indagaba el espinoso tema de las cantadas SOBRE EL CUAL TODAVÍA NO SE DIO UN DEBATE SERIO. No la nombré no sólo porque no podía defenderse, sino, aún sin haberla conocido, por el respeto a lo que fue y por respeto a su familia. No la nombré porque se la tragó el peor pozo. No la nombré porque sabía bien del salvajismo del Ejército y como si esto fuera poco, a esa altura de la investigación ya tenía una idea aproximada de lo que fue Campo de Mayo. No la nombré... PORQUE NO PODIA VAPULEAR EL NOMBRE DE UNA DESAPARECIDA Y ESTO CORRIA TAMBIEN PARA EL CASO DE QUE LOS INDICIOS SE CONVIRTIERAN EN CERTEZAS. O para ser más explícita NO PODIA VAPULEAR EL NOMBRE DE UNA VICTIMA DEL TERRORISMO DE ESTADO DESAPARECIDA, INDEPENDIENTEMENTE DE CUALQUIER VARIABLE.
Y ACLARO QUE ESA HIPÓTESIS QUE FORMULE SOBRE NENINA NI SE ARRIMABA A LAS DEMOLEDORAS AFIRMACIONES DE IBÁÑEZ SOBRE SU CONDUCTA EN CAUTIVERIO. LA HIPÓTESIS SÒLO REFERÍA LA “POSIBILIDAD” DE QUE LE HUBIERAN ARRANCADO UN DATO BAJO TORTURA.
No la nombré y para el lector fue “N”. La primera “N” la mandé con una Nota al Pie: “En pos de resguardar a los involucrados de los prejuicios y desviaciones que suelen rondar el tema de las “cantadas”, no se suministrarán apellidos ni nombres reales o de guerra para este tipo de situaciones u otras similares”. (Desde ya, tengo bien clara la diferencia entre una cantada y la conducta de una ínfima minoría que se pasó con armas y bagajes, conozco perfectamente lo que fue la cadena de caídas –que no es otra que la cadena de cantadas- y sus alcances, y sobre mis conclusiones y pareceres al respecto he dado debida cuenta en mi libro “La resistencia después del final”, etc.). La cosa es que me decidí a nombrar a “Nenina”, por su apodo, recién en la página 395. Fue cuando Juan Carlos Scarpati introdujo una duda consistente que hacía tambalear la hipótesis “N”, que le quitaba sustento. ¿Pudo Scarpati intentar preservar, con esa duda que introdujo, la memoria de una compañera de cautiverio que se habìa perdido para siempre en el peor pozo de la dictadura? Es un interrogante que está planteado reiteradamente en mi libro. No voy a entrar en detalles por cuestiones de espacio y tiempo, pero sí debo aclarar que, pese a no haber corroborado fehacientemente ninguna de las cuatro hipótesis, algunas cosas son seguras: en el probable caso de que los datos le hubieran sido arrancados a Nenina, la casa cayó cuatro días después de su secuestro: Entonces, en el caso de que Nenina hubiera entregado ella el dato a las fuerzas represivas, Nenina habría aguantado la casa, ¡en Campo de Mayo..., cuatro días! Muchos de ustedes pudieron acceder al testimonio de Juan Carlos Scarpati acerca de las condiciones de El Campito. No fue el único. Ahí está el libro “El dictador”, de María Seoane, consignando aberraciones inimaginables que relatara patricia Erb, sobreviviente de Campo de Mayo, o el propio Ibáñez, o los aportes de otros trabajos sobre Campo de Mayo. Me pregunto, ¿Aguantar cuatro días en esas condiciones constituía traición o era, en realidad, un acto heroico?
Existen noticias de que Nenina fue una de las dos personas màs torturadas de Campo de Mayo.De acuerdo a las normativas de seguridad que regían el funcionamiento orgánico de los militantes, existía un tope horario para abandonar las casas, siempre dentro de las 24 horas en que alguien no se reportaba o había presunciones o certezas de su caída. La casa Lanuscou fue atacada la noche del 3 de septiembre. (Hubo un “aguante” de las fuerzas represivas que comenzó el mismo 3 a la mañana. No antes. Acerca de este término, aguante, los remito al testimonio del mismo Ibáñez en el libro sobre Campo de Mayo de Fernando Almirón, donde, por cierto, el ex sargento aporta muchos más detalles del horror y de la operatoria del Comando Zona IV que los que declaró en el juicio.)
La casa donde asesinaron a los Lanuscou y a dos de sus hijos tendría que haber sido levantada sin ningún tipo de dilaciones por el matrimonio Lanuscou, ni bien se produjo el secuestro de Nenina y Alejandro Sackmann, el 29 de agosto de 1976, en el Zoològico. (Pasaron cuatro días largos, casi cinco).
Son datos. No voy a seguir en esta línea aunque podría. Lo que quiero expresar, es que las cosas suelen ser bastante más complejas de lo que a veces aparentan.
Compañeros: hasta se transcribió y se echó a correr por Internet que esta chica era, “la hija del escritor tal”. Reitero que no estamos hablando de una trascripción textual. No considero productiva ni relevante ni necesaria la inclusión de la supuesta conducta de Nenina en la crónica. En Florida se están juzgando los crímenes del Terrorismo de Estado. ¿A qué tipo de “escrache” nos estamos dedicando ahora?De hecho, la síntesis “Destacados de la semana” que envió la Sra. Taboadaprescinde de esas menciones y esa exclusión no le quita nada. Por el contrario, la sobriedad de esa síntesis, que se aclara està tomada de las crónicas de Hijos, no la inhibe de la carga de emotividad y significación que posee la otra crónica.Un ex militante de la JUP me dijo alguna vez que “las historias perfectas sólo las inventan los vencedores”. Creo que así como està en nosotros seguir cumpliendo el mandato primordial, Juicio y Castigo, también está en nosotros custodiar aquel pasado, preservarlo de los intentos de la derecha ilustrada disfrazada de progre (Sarlo, Vezzett) que tanto se empeñan en re escribir la historia a su manera; está en nosotros conocer el pasado reciente y esforzarnos para que otros conozcan la verdad histórica, y después de conocerlo, analizarlo, debatirlo, incorporarlo a la Memoria Colectiva, etc.“Campo de Mayo no fue un centro de detención más. Ahora se sabe que fue el peor”. Cito a Fernando Almirón, autor del libro Campo Santo. Después de cinco años de investigación, suscribo esta afirmación del periodista que abrió camino sobre Campo de Mayo. Creo, sinceramente creo–es mi opinión- que es preciso asumir en toda su dimensión el nivel de degradación al que fueron sometidos. Ése crimen de lesa humanidad es, posiblemente, más difícil de digerir aún que los vuelos, que los secuestros, que las torturas y los asesinatos. Tal vez tendrán que pasar años para que, con la mayor perspectiva que otorga el tiempo, pueda darse el debate que nos debemos sobre cuestiones tan terribles y espinosas. Mientras tanto, a lo mejor no está de más seguir conociendo y registrando ese pasado -cómo y porqué sucedieron las cosas- de lo contrario no habrá interpretación ni análisis posible. Tampoco está de más recordar que en estos temas aún seguimos transitando terrenos resbaladizos.
Marisa Sadi
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Crónica sobre Campo de Mayo disparó el debate sobre un tema no saldado
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Mariano Abrevaya Dios
on viernes, 22 de enero de 2010
Etiquetas:
Juicios contra los genocidas
5 comentarios:
Está bueno lo que dice esta señora. Creo que hay que seguir pensando y debatiendo acerca de un tema realmente muy dolorso, terriblemente dificl de digerir.
Nano
Si esta chica Nenina colaboró o no con los represores nunca lo sabremos, y es cierto que las acusaciones provenienen de un ex sargento del ejercito argentino, por lo cual, pienso, deberíamos tomar sus palabras con pinzas.
Nano, Ernesto: justamente, como nos parece un tema que todavía no se ha saldado, y que quizá no se salde jamás, es que pensamos que las notas de Marisa aportan, y mucho, a la lectura que nosotros podamos hacer hoy, más de treinta años después, de alguna de las decisiones que pudiesen haber tomado quienes estaban detenidos en el pozo más oscuro de la dictadura.
Es para pensar muchísimo lo que nos dice Marisa Sadi. Es muy compleja la historia, el pasado de gente que no está. Hay que tener mucho ciudado con el criterio que se utiliza con respecto a las "cantadas" en cautiverio, en el peor pozo como bien dijo. Y que bueno que Marisa nos haya querido explicar su visión como investigadora para ir puliendo mas la forma de contar la historia. Todo es aprendizaje para que nosotros podamos mejorar para el presente y el futuro de la memoria.
Sigo el blog, me gusta mucho. Gracias por compartirlo con nosotros.
Gracias a vos por aportar tus comentarios, JJP.
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