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Día del periodista moralizado


La nota de tapa de La Nación de hoy vamos a guardarla para mostrarla el 29 de junio y ese día también vamos a pedirle a Poliarquía que nos cuente con qué elementos, con qué parámetros, realizó una encuesta que le miente a los "argentinos de bien", a los argentinos que trabajan, que sienten orgullo por la patria, las instituciones, la libertad de mercado y la prensa libre. Morales Sola, que dice ser periodista, es muy talentoso para anular las funciones inherentes a esa profesión, justo en su día, con su democrática editorial, le muestra al ciudadano de La Nación que primero está la patria (sojera) y después la verdad. Su editorial de hoy es un autohomenaje sincero a lo que él mismo entiende por periodismo independiente. Se debería fijar en actas que justo hoy, 7 de junio, este hombre, bien intencionado y moderado, símbolo del periodismo nacional, escribió una vez más una mentira tras otra, un agravio tras otro; en síntesis, un panfleto que insulta al concepto de periodismo y periodistas. Que quede claro: no soy de aquellos que dicen que el periodista no debe tener una opinión y limitarse a retratar los hechos; todo lo contrario: siempre el periodista ilumina la realidad con la luz que más le gusta. Pero una cosa es opinar, es decir valorar hechos. Y otro muy distinta es falsear los hechos para luego opinar en falso. Y es esta la mecánica elegida por el periodismo multimediatico para afrontar al kirchernismo. Al no animarse a disctutir las verdades (porque quedarían como desnudos en una playa en invierno), las inventan y las critican. Morales Sola se mira al espejo y pone en otros, en sus enemigos, lo que él mismo siente: está desesperado porque no puede entender que con La Nación y Clarín en contra, y con los negros a favor, Kirchner va a volver a ganar. Y como está desesparado agrega otra pieza a su obra, para terminar de arruinar al concepto de periodista. Lo más grave de todo es que estas prácticas no afectan al oficialismo o a un espacio poítico, afecta de verdad a una forma de debatir, de pensar y de discutir la democracia y afecta principalmente a la libertad de expresión; agravia justamente a todas esas cosas que "moralizando" Solá y sus amigos dicen defender en sus editoriales.

1 comentario:

Gran Lady dijo...

Nunca tan cierto eso de "violencia es mentir". Saludos.

Manu y Santino Dios

Manu y Santino Dios