Conozco esas personas, eligen siempre subir por la escalera mecánica, aunque tengan que recorrer el andén entero, aunque bajen del subte al pie de la otra escalera, en el otro extremo, las conozco, recorren todo el andén, eligen hacerlo y es, quizás, la única elección libre de sus días. Lo toman como una rebelión también, una rebelión a la actividad física, a los boludos que hacen gim. Hacen la misma actividad física recorriendo todo el andén que subiendo la escalera normal, pero ellos se saben decidores de su destino. Tienen entre 40 y 50 años. Si no hubiera escalera mecánica, culparían a la presidenta.
Otra decisión que toman volviendo a sus casas, al pie de la escalera mecánica, es no darme el diario. Las mujeres en general ni me miran. Y los hombres me dicen que no con un gesto forzado, sin abrir la boca, queriendo transmitir que mi vida no se arregla con su diario y que sus vidas van bastante bien si ese diario lo tiran en el tacho de la esquina de Cabildo y Juramento. Siempre andan afeitados prolijamente y sus camisas se notan muy bien planchadas. No sonríen externamente, pero les percibo una sonrisa interna, del otro lado de la boca.
Son argentinos derechos y humanos, viven en Belgrano. Y yo soy un negro que junta diarios porque no me gusta laburar.
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Los conozco bien
Subido por
Riki Dios
on jueves, 16 de julio de 2009
Etiquetas:
Costumbrismo
1 comentario:
Creo que con las pequeñísimas decisiones (no dar el diario, dar vuelta la cara cuando vemos a alguien dormir en la calle, hacer echar a los pibes que venden dentro de los bares) se hace más que con las decisiones que parecen más trascendentes. No sé si me explico.
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